Como ya os conté aquí, el verano pasado estuvimos en Estocolmo y quedé entusiasmado con unos bollitos de canela que probé, una pieza de repostería típica de la zona. Eran tiernos, suaves y con un toque a canela delicioso.
Hasta ahora no había encontrado una receta que me gustara, pero acabo de probar esta y el resultado es muy bueno... solo puedo decir que la primera vez que los hice no puede probarlos!
Ingredientes
(para 40 bollitos)
Para la masa:
25 gr. levadura fresca de panadería (o 9 gr. de levadura instantánea de panadero - 2 sobres)
80 gr. azúcar
200 ml. leche
1 huevo
80 gr. mantequilla sin sal
1 cucharadita de sal
Para la masa:
25 gr. levadura fresca de panadería (o 9 gr. de levadura instantánea de panadero - 2 sobres)
80 gr. azúcar
200 ml. leche
1 huevo
80 gr. mantequilla sin sal
1 cucharadita de sal
1 cucharada
de semillas de cardamomo
500 gr. harina
Además, necesitaremos para el relleno:
65 gr. mantequilla sin sal
35 gr. azúcar
2 cucharadas colmadas de canela molida
Y para pintar:
2 yemas de huevo
1 cucharada de agua
semillas de amapola (opcional)
Preparación:
Atemperamos la leche para conseguir un mejor funcionamiento de la levadura, y derretimos la mantequilla.
500 gr. harina
Además, necesitaremos para el relleno:
65 gr. mantequilla sin sal
35 gr. azúcar
2 cucharadas colmadas de canela molida
Y para pintar:
2 yemas de huevo
1 cucharada de agua
semillas de amapola (opcional)
Preparación:
Atemperamos la leche para conseguir un mejor funcionamiento de la levadura, y derretimos la mantequilla.
En un bol ponemos un poquito de la leche y desmigamos la levadura si es fresca, o vertemos la levadura instantánea de panadero.
Añadimos el resto de la leche y la mantequilla derretida y removemos bien. A continuación añadirmos el resto de los ingredientes: el huevo entero, la harina tamizada, el azúcar, las semillas de cardamomo bien machacadas y la sal.
Mezclamos todo bien en un bol y trabajamos la
masa dentro hasta que tenga consistencia.
Sacamos la masa a una mesa espolvoreada con
harina y la amasamos hasta que veamos que la masa adquiere una textura suave, homogénea y elástica.
Ponemos la
bola de masa en un recipiente, tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar para la primera fermentación en un sitio
cálido durante 1 hora, o hasta que doble su tamaño.
Amasamos suavemente para quitar el aire y dividimos la masa en dos para que los bollitos nos
queden pequeñitos.
Estiramos la primera porción de masa, le damos forma de rectángulo de 1 cm de grosor. Pintamos la superficie con la mantequilla derretida y espolvoreamos con la mitad del relleno que hemos preparado con el azúcar y la canela. A continuación enrollamos la masa sobre si misma sobre uno de los lados más largos del rectángulo (la técnica es igual que la que empleamos en los enrollados de mascarpone)
Estiramos la primera porción de masa, le damos forma de rectángulo de 1 cm de grosor. Pintamos la superficie con la mantequilla derretida y espolvoreamos con la mitad del relleno que hemos preparado con el azúcar y la canela. A continuación enrollamos la masa sobre si misma sobre uno de los lados más largos del rectángulo (la técnica es igual que la que empleamos en los enrollados de mascarpone)
Con un
cuchillo muy bien afilado vamos cortando porciones de 2-3 cm . y empujamos cada bollito por la parte de abajo para darle forma de caracola. Los vamos colocando en la
bandeja del horno, cubierta con papel encerado, y los preparamos para la segunda fermentación tapándolos con un trapo húmedo. Lo dejamos reposar un mínimo de 30-45 minutos.
Finalmente, mezclamos las yemas de huevo con la cucharada de agua y pintamos todos
los bollos. Ya únicamente nos queda meterlos al horno, previamente precalentado, durante unos 8 minutos a 220ºC .
Sacamos del horno, enfriamos sobre una rejilla. Espolvorear, si queréis, con azúcar glass antes de servir (esto es una modificación de la receta sueca original)... y listos!
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