La primera experiencia en Tapería Keki no fue
excesivamente afortunada, íbamos con nuestra hija pequeña y nos pareció uno de
esos sitios que no son amigos de los niños.
Tengo que reconocer que tenía ganas de volver, sobre
todo por las buenas palabras que siempre le dedica Pedro… y volvimos… sin niños…
Os podéis imaginar por el título de esta entrada que
no fue lo que esperábamos. El sitio es agradable, tiene una pequeña terraza en
la plaza peatonal y la ubicación es buena, céntrica.
Al sentarme me llamo la atención la debilidad de la
silla negra que me tocó… no le dí más importancia. Después de ojear la carta
nos decidimos por uno de los menús que aparecían en la carta, el menú urbano
(20 euros por persona).
Empezamos con una crema de puerros con presentación minimalista y algo insípida. A
continuación una croqueta hecha con cariño
de jamón ibérico, el rebozado crujiente y divertido pero el relleno volvía a
estar soso.
Después un par de caballitos con azafrán por persona con un rebozado fino pero que
aportaron poco a la cena y, para terminar con el primer bloque del menú, berenjenas con jamón y gambas pobres,
insulsas… poca cosa.
La noche empezó a arreglarse con el canelón de confit de pato con mostaza de
Dijon que estaba muy bueno y al parecer es una de las especialidades de
esta tapería. El segundo plato fuerte era carrillera
de ternera lechal con vermout, bien cocinada, tierna y suave de sabor… muy
rica.
El postre tenía un nombre divertido: leche, cacao,
avellanas y azúcar, cada una en diferente formato (helado de leche merengada,
chocolate fundido, crema de avellanas)… interesante.
Terminamos así el menú. El concepto no es malo, el precio está ajustado y es
posible que nuestra expectativa fuera excesiva, pero no pude evitar sentirme desilusionado. Además nos causó muy mala impresión el hecho de que al
pedir el menú no supieran decirnos los platos que lo integraban, los decide el
chef cada día –nos dijeron… me parece muy bien que los elija cada día, pero que
me los digan antes de pedir el menú.
Qué te digo yo si estaba contigo... que no puede ser que no nos digan de qué platos se compone el menú, y que les demos la oportunidad y no la aprovechen, está peor. Yo no vuelvo.
ResponderEliminarNo conozco el sitio, no puedo opinar, pero por 20 euros, con el canelón de pato, la carrillera y el postre (que parece sí os gustaron)tal vez deberías ser un poco mas indulgente.
ResponderEliminarYa dije que la idea era buena y el precio ajustado, pero quizá la expectativa fuera alta por lo que nos habían comentado. No obstante, me cuentan que después de un tiempo a un nivel medio Keki a vuelto a resurgir con fuerza... Tendremos que volver, ya os contaremos!
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