Lunes de principios de julio, calor, mucho calor...
buscando un sitio para comer antes de continuar la jornada en sesión vespertina
y, tengo que reconocerlo, después de llamar a otros dos sitios que cerraban los
lunes, me acuerdo del Restaurante Acuario que no conozco... abierto!...
pues allí nos vemos!
Llegamos a las 14.30h, puntuales a nuestra reserva. Dos cosas me llamaron la atención: lo primero fue el tono en que
estaba pintado el local... un poco estridente, lo segundo que me sorprendió fue
que estábamos solos...
Después de ojear la carta y los diferentes menús que
tenían nos decantamos por el más corto y económico: 15 euros, IVA incluido. El
menú:
Tostas de foie con mermelada de violetas
y caramelo de Módena
Espuma de queso de cabra con dados de
pepino, tomate y hueva
A elegir:
Hamburguesa de pato con queso provolone y
cebolla confitada
Lomo de Salmón con verduras mar y tierra
en papillote
Postre:
Profiteroles de crema con chocolate y
helado

Mucho más sugerente fue la espuma de queso... a la
primera cucharada parecía que iba a quedar en algo empalagoso pero cuando
mezclabas la crema de queso con los taquitos de pepino y tomate con su
vinagreta resultaba una mezcla muy sabrosa, una acerada combinación.
Elegí la hamburguesa de pato... muy buena, materia
prima de calidad y cuidada la elaboración.
El postre siguió con el buen nivel general de la
comida, buenos los profiteroles caseros, bueno el chocolate y muy bueno el
helado de dos chocolates que acompañaba.
Al final, con unas almendritas fritas para la primera
cerveza y las bebidas, salimos a 21 euros por persona, precio de pizzería en un
buen restaurante y con una buena comida. Buen servicio. Reconozco que fue un
descubrimiento muy grato y me quedo con ganas de repetir y probar uno de los
menús más largos que tienen.
Relación calidad-precio muy buena. Totalmente
recomendable.
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