El rallador mágico

Andaba yo, hace unos días, ojeando vídeos y artículos relacionados con lo acontecido en Madridfusion2012 para curiosear, en diferido, lo que ha pasado, pasa y pasará en la cocina. En esas estaba cuando, al ver un vídeo en el que Elena Arzak hablaba del proceso de liofilización de alimentos, mi atención se detuvo en el rallador utilizado para espolvorear los productos liofilizados… lo conozco! pensé sorprendido entre tanta gastrociencia: era uno de los ralladores de la marca estadounidense Microplane.

Como ocurre con la ciencia espacial, que aplica parte de sus hallazgos a nuestra vida cotidiana, la ciencia gastronómica tiende a introducirse en nuestros cajones y despensas de modo sutil y casi imperceptible, suave, delicado.

Hace algún tiempo, leyendo uno de los libros de Ferran Adriá recalé en el rallador que utilizaba para conseguir una apariencia aérea y voluptuosa de la ralladura, e investigando llegué a enterarme de qué se trataba. No pude contenerme y pronto lo compré y recopilé información sobre este rallador.

La marca Microplane tiene gran tradición en la elaboración de productos para otras disciplinas como la carpintería y, precisamente de una herramienta así, nace la relativamente reciente orientación culinaria de este fabricante. Resulta que a mediados de los noventa una señora intentaba rallar naranja para un pastel que tenía entre manos y al no conseguir lo que buscaba con su antiguo rallador decidió utilizar una de las herramientas del taller de su marido y… voilà! consiguió un rallado fino y distinto a todo lo que había visto hasta entonces. Más allá de la veracidad o no de esta historia, lo cierto es que los ralladores para cocina fabricados por esta marca norteamericana son una herramienta de excelente calidad y cuyo uso aporta un toque distinto a las ralladuras que queramos añadir a nuestros platos.

Si entráis a la página web de la marca Microplane podréis ver las distintas líneas y productos que hay. Los precios son accesibles, aunque más elevados que los de los ralladores tradicionales (rondan los 20-30 euros), y se encuentran sin dificultad en tiendas de menaje o en la sección correspondiente de grandes almacenes. Personalmente tengo uno de la serie Premium Classic Series, que es la primera que comenzaron a realizar y que con el tiempo ha tenido diversas mejoras menores como la empuñadura.

En fin, un utensilio práctico y asequible para nuestra cocina…

1 comentario:

  1. Pero vale la pena comprar uno exclusivamente para rallar un solo tipo de alimentos? Porque yo tengo uno de los ralladores Microplane pero es de 4 caras y también sirve para cítricos, yo prefiero tener uno que tenga varias funciones...

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